Algunas noticias me sorprenden gratamente como es ver a los políticos preocupados por el bienestar de los ciudadanos. Pues sí la noticia es que en un país cercano al nuestro el presidente del mismo a encargado a un grupo de personas como podría ser en el futuro la ciudad mas importante del país.
Efectivamente Nicolás Sarkozy encargó a estudios de arquitectos, para que presentasen propuestas, para, entre todos, concebir un 'Gran París', más ecológico y preparado para la convivencia.
La iniciativa está considerada como la más ambiciosa tras la revolución promovida por el Barón Haussmann a mediados del siglo XIX, momento en el que se proyectaron las principales avenidas de la ciudad, incluidos los Campo Elíseos. Tres arquitectos galardonados con el Premio Prizker -considerado el Nóbel de la Arquitectura- han aportado sus propuestas: el británico Richard Rogers, y los 'nacionales' Jean Nouvel y Christian de Portzamparc. Pero no han sido los únicos.
La tesis de las que partían los diez equipos -compuestos por arquitectos, geógrafos, meteorólogos e incluso artistas- era idear una metrópoli europea dentro de treinta años: la primera urbe verde 'post Kioto', cuyas fronteras traspasen el París actual.
Tras nueve meses de trabajo, los arquitectos expusieron por fin sus diagnósticos: los barrios desfavorecidos a las afueras de París no sólo son feos, también están lejos de los comercios, de los centros de trabajo de la capital y son, por encima de todo, una aberración urbanística.
"No conozco ninguna ciudad donde el corazón dé la espalda de semejante forma al resto de órganos que la componen", afirma Richard Rogers. Al contrario que Londres, que suma 8 millones de habitantes, barrios periféricos incluidos, París comprende una población de doce millones, a los que sumar otros seis de la periferia y localidades administradas de manera autónoma.
Hay que convertir en bueno aquello que es feo", señala Roland Castro, cuyo equipo ha afrontado sin rodeos la cuestión de los suburbios parisinos, aquellos donde estallaron las revueltas de jóvenes en el otoño de 2005.
De ahí su propuesta incluya la creación de un "Central Park" en Courneuve, localidad desfavorecida a menos de diez kilómetros del centro de París. Castro plantea construir una metrópoli a modo de "flor de ocho pétalos", con espacios simbólicos orientados al "mestizaje", la cultura y las ciencias.
Para conectar mejor París con dichos barrios, Christian de Portzamparc concibe la construcción de un tren de alta velocidad que transcurra a través de ronda de circunvalación que envuelve París y que hoy ejerce de frontera.
Otra de sus aportaciones sería una gran Estación de la Europa Norte para convertir París en el nodo de unión entre Londres y Frankfurt.
El Grupo Descartes sugiere combatir el cambio climático mediante un cambio en la forma de utilizar el agua y plantando bosques urbanos, los cuales, reducirían la temperatura de la capital en diez grados allá por el año 2100.
Richard Rogers convertiría 400 kilómetros cuadrados de tejados en espacios verdes y crearía 'bulevares verdes'. Sin embargo, para el arquitecto, uno de los principales desafíos para París es, en primer lugar, de tipo político. "Una de los mayores obstáculos para la acción es la fragmentación de los centros de decisión. La experiencia existe, pero no se ha transformado en acción coherente y coordinada", dice.
De hecho, París se divide en 20 distritos dotados de su propio gobierno municipal y sus barrios se extienden por siete departamentos.
Una comisión sobre la cuestión puso sobre la mesa la semana pasada propuestas para la creación de un entramado administrativo enfocado al 'Gran París' proyectado por el Gobierno central, el cual pueda dar solución al actual "mil hojas administrativo".
De momento, los diez proyectos serán presentados en público. Si la reflexión no da lugar a un concurso entre los equipos, al menos habrán servido de fuente de inspiración el diseño del París del futuro.
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